No había tenido tiempo de compartir con vosotros el viaje a Barcelona que hicimos para visitar a mi madre, y que de paso ella disfrutara un poco de sus nietas… También ese viaje nos iba a servir como visita cultural ahora que ya son más mayores, ¡hay tanto por ver en la ciudad Condal! Nosotros por suerte nos alojábamos en casa de mi madre, pero Barcelona ofrece una amplia gama de alojamientos para todos los gustos y presupuestos.
No importa la edad que tengáis ni que cosas os gusten, Barcelona tiene cabida para todos. Si en algún momento os habéis planteado vivir allí o tener una segunda residencia, una búsqueda por real estate Barcelona os mostrará cientos de opciones. También hay muchos pisos de obra nueva en Barcelona que pueden adaptarse a vuestras necesidades.
Nosotras salimos de Mallorca en barco, y como por el mismo precio teníamos camarote pues lo elegimos y así nos pudimos relajar, jugar y descansar! La puesta de sol era increíble, y la señorita A la disfrutó desde la ventana.
En el barrio donde vive mi madre montaron una pista de patinaje sobre hielo, era la primera vez que las niñas se ponían unos patines de hielo y aunque saben patinar sobre ruedas, les costó un ratito adaptarse. En cuanto le pillaron el truco, ¡ya me dejaban atrás!
Una tradición muy típica en Catalunya es el Caga Tió para la noche del 24 de diciembre. Los niños tienen que alimentarlo durante unos días para que luego la víspera de Navidad pueda «cagar» regalos. Se tapa con una mantita, se dejan los regalos debajo sin que los niños los vean y éstos les dan unos golpecitos con un palo a la vez que le cantan esta canción. Cuando acaba meten la mano debajo de la manta y sacan su regalo.
Otro día visitamos el Parc Güell, visita obligada porque Gaudí era un genio. El uso que hace del mosaico es impresionante.
Hay sorpresas en los lugares más inesperados, como esta mujer que lleva un cántaro sobre su cabeza y que a la vez sirve de columna.
La plaza de la Naturaleza es ideal para sentarse un rato. Parte de ella está sujeta por las columnas de la Sala Hipólita que veréis más abajo.
Las vistas de la ciudad desde la plaza son estupendas, si el día está despejado se puede ver el mar al fondo.
La Sala Hipóstila (o Templo Dórico) sustenta la mitad de la plaza de la Naturaleza mediante ochenta y seis columnas de mampostería. Cada una de las columnas coincide con una intersección de cuatro cúpulas tabicadas de casquete esférico que permiten recoger las aguas pluviales de la plaza superior y conducirlas por el interior de las columnas hasta el depósito situado bajo la sala.
Gaudí suprimió cuatro columnas: dos consecutivas en el eje central, y otras dos a derecha e izquierda. En los puntos en los que se eliminaron las columnas, hay cuatro medallones prefabricados de 2,40 metros de diámetro. Abarcan todo el espacio entre las cuatro cúpulas adyacentes, están revestidos de fragmentos de cerámica y vidrio y son obra del arquitecto Josep Maria Pujol.
Otra visita obligada es el mercado de los Encantes (Encants en catalán). Aunque no se conoce la fecha de nacimiento exacta, sí está documentado que en 1251 ya existían los Encants en Barcelona. Por cierto, se llaman de este modo porque las mercancías se anunciaban a gritos, o cantando, es decir en canto (en catalán, en cant). Y las subastas tiene este nombre porque las mercancías se exponían en el suelo, bajo un palo con una banderita en la parte superior: es decir, se vendían bajo el asta, “sub asta”.
El primer emplazamiento en el que están documentados los Encants son los porches de la iglesia de Sant Jaume, que estaba, más o menos, donde se encuentra hoy la plaza de Sant Jaume. Desde allí se trasladaron a la plaza Nova, y después se mudaron cerca, a la calle del Consolat, junto a la Lonja y el actual Pla de Palau. Siglos después, con motivo de la Exposición Universal de 1888, se trasladaron a la zona del actual Mercado de Sant Antoni, de donde fueron echados por otra exposición, esta vez la Internacional de 1929. Así, en 1928 los Encants fueron trasladados al campo del Sidral, una especie de cruce de caminos y vías de tren que con el tiempo se convirtió en la plaza de las Glòries. Allí permanecieron hasta setiembre del 2013, cuando cruzaron la plaza para instalarse en el emplazamiento actual, al lado del Teatre Nacional.
Los lunes, miércoles, viernes y sábados hay mercado todo el día, y con la excepción de los sábados también hay subastas esos días. Así que si os gustan los objetos con historia y tesoros de otras épocas, no podéis dejar de visitar Els Encants.
Espero que os haya gustado nuestra visita cultural y si os animáis a visitar la ciudad, me encantaría saber qué os lo que más os ha gustado.
Abrazos,
Pili
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Hola Pili, me a gustado mucho esta entrada ahora se un poco mas de la historia de tu tierra, un abrazo,
Your pictures are great. That column with the woman is pretty cool. We were in Barcelona for a very short time a couple years ago. We didn’t get to see that Gaudi building that you have photos of. We did one of the bus hop on/hop off tours and saw some things. We definitely needed more time! We were there for some kind of celebration in September? Got lucky and got to see fireworks that night. 🙂 Pretty cool.