Armario de Damasco

En mis inicios de los tuneos, compré un armario que habían intentado medio pintar de blanco por fuera. La idea era dejarlo en condiciones tanto por fuera como por dentro, porque aunque respeto todos los estilos, yo personalmente no puedo pintar un mueble por fuera y que al abrir el cajón o la puerta se vea feo por dentro. Es una lucha interna que tengo conmigo misma, económicamente compensa mucho más solo lavarle la cara, pero es que cuando lo veo tan bonito por fuera y abro la puerta… pues no lo puedo evitar y me pongo a pintarlo por todos sitios.

A lo que iba, lo compré muy bien de precio porque se querían deshacer de él, y en cuanto llegué a casa lo desmonté, quité tiradores, lo limpié y me puse a pintarlo con la chalk paint casera en blanco. Cubrió bien con un par de manos y lo dejé hasta el día siguiente.

Mientras tanto busqué por internet el dibujo de un damasco que me gustara y cuando lo encontré lo guardé. Con Photoshop lo amplié para que ocupara 4 folios y lo imprimí. Luego junté las hojas con celo, le pasé la mina de un lápiz por toda la parte de atrás de forma que no se veía el dibujo. Entonces pegué con celo las hojas con la parte del carboncillo tocando el mueble, y con un lápiz empecé a marcar todas las líneas del damasco sin dejar ninguna.

Al retirar el papel, lo que queda es la silueta del dibujo que se ha transferido al mueble por el carboncillo de la parte de atrás del papel. Y ahí entonces con un pincel fino me puse a pintar con una pintura plateada todo el damasco, incluido el tirador.

Y para rematar la pieza y dejarla terminada como a mi me gusta, forré el interior de los cajones con un papel adhesivo plateado. Así no da vergüenza enseñar el interior del mueble.