Me encontré esta mesa de cocina en bastante mal estado, pero pensé que algo podría hacer con ella. Lo primero fue serrarle las patas porque quería que fuera una mesita baja, como las que se ponen frente al sofá. Como todo esto ocurría en los inicios de mis tuneos, pensé que podía hacerle un transfer para alegrarla un poco, así que la decapé por completo hasta dejarla en la madera natural, y luego la pinté de blanco.
Encontré una imagen que me pareció que le iba bien, la amplié con Photoshop y me dispuse a hacerle el transfer. Una vez terminada la protegí con barniz y estuvo en mi salón durante un tiempo.
Lo cierto es que tenemos un sofá bastante largo, y la mesita al ser cuadrada se veía muy pobre, pero ahí estaba cumpliendo su función hasta que me encontrara una mesa que realmente me gustara.
A quienes sí les gustaba era a mis dos hijas, con lo cual siempre estaba llena de pinturas, papeles, Legos y todo lo que se les ocurriera. Por lo visto tenía una medida ideal para ellas; no era tan baja como las que se venden para niños y a su vez era más ancha… Eso me hizo pensar que realmente tenía que convertirla en una mesita para niños y darle una doble utilidad, por lo que la pinté con pintura de pizarra negra casera y las patas grises. Éxito total!! Ahora hay una opción más para usar con la mesa.
Aquí podéis ver el antes y el después
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Abrazos,
Pili
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